ENSEÑANDO DI-OS A LOS NIÑOS:

B.H.
"Yo creo en el sol aunque éste no esté brillando
Yo creo en el amor aunque me encuentre solo
Yo creo en Di-os aunque El esté en silencio"
Los niños son muy sensitivos y capaces de detectar muchas preocupaciones que los adultos creemos mantener muy ocultas. Así también ocurre cuando comienzan con sus preguntas acerca de Di-os; ¿Existe?, ¿Dónde está?, ¿Cómo es?, ¿Qué hace?, y empiezan a darse cuenta lo difícil que es para nosotros hablar de Di-os. Muchas veces nos dejan de preguntar porque notan que no tenemos las respuestas, o que damos largas explicaciones que terminan por no entender, cambiamos de tema, o posponemos para más tarde respuestas que nunca llegan.

Una educación espiritual es tan importante para tener una formación completa como lo es la educación intelectual y emocional. Así como necesitamos tener una actitud hacia un mundo tangible, visible, también deberíamos tener una visión y una actitud para un mundo de cosas que no se pueden ver o tocar. Debemos aprender a vivir no solo con lo que nos rodea, sino con lo que está dentro de nosotros, no solo con lo que tocamos, sino también con lo que sentimos, con lo que somos capaces de controlar, pero también con lo que nos controla.

Son muchas, yo diría que una gran mayoría, las personas que en sus vidas piensan en Di-os, pero son muy pocas las que hablan, o aprenden acerca de El.

Los niños van creciendo y comienzan a saber identificar sentimientos de amor, rabia, tristeza, alegría. Y si llegamos a enseñarles de Di-os, estamos agregándoles otra dimensión distinta a sus vidas, la dimensión espiritual.
Cuando nuestros hijos de muy corta edad se nos acercan y nos preguntan: ¿Dónde está Di-os? ¿Qué deberíamos contestar?, obviamente la respuesta debe corresponder a la edad del niño. Me recuerdo que una vez, uno de mis hijos, en edad preescolar, me preguntó dónde estaba Di-os, le respondí que en todas partes, después de unos minutos volvió y me preguntó:"¿Está en todas partes?", respondí que sí, entonces preguntó:"¿Está debajo de mi cama por las noches?", respondí: "No. Di-os no se mete debajo de la cama, el nos cuida y nos protege".

Pudiéramos responder que Di-os está en todas partes, dentro de todas las personas y de todas las cosas, que por ello debemos respetar a las personas aunque sean diferentes de nosotros porque todos somos importantes para Hashem. Que a través de nuestras buenas acciones traemos a Di-os a este mundo. Igualmente que en la vida hay muchas cosas que no podemos ver o tocar y que son importantísimas, como por ejemplo el amor. Podemos hablarles a los niños pequeños de Di-os al haber un nacimiento de algún bebé, donde Di-os es socio con papá y mamá, al igual que en el germinar de nuevas plantas y nacimientos de animalitos.

¿Dónde está Di-os?: en el comienzo de las cosas, en el nacimiento, en todas las personas, en los momentos sagrados, en la familia, pero sobre todo está con nosotros, está en nosotros porque nos hizo a su imagen y semejanza e insuflo una alma, tenemos una parte de EL.

Enseñarles a nuestros hijos de Di-os es también darles un conocimiento de lo sagrado de donde se deriva el respeto por los padres, por los mayores, por la vida, por los demás, por uno mismo.
Tener fe en Di-os es creer y confiar en un mundo con sentido, con bondad, donde todos somos importantes. Esto le otorga al niño confianza y seguridad en sí mismo, ya que él sabe que nunca está solo, que siempre hay alguien que lo oye.

Una vez una niña que dijo:"El mejor remedio para los que sienten miedo, soledad o desdicha, es salir afuera, a algún lugar donde puedan estar completamente solos con los cielos, la naturaleza y Di-os. Porque sólo entonces, siente uno que todo es como debe ser y que Di-os quiere ver a la gente feliz, en medio de la sencilla belleza de la naturaleza. Mientras esto exista, y seguramente siempre existirá; sabré que siempre habrá consuelo para cada pesar, cualesquiera que sean las circunstancias" Ana Frank.
El Midrash nos enseña que en la formación de un niño hay tres socios: el hombre, la mujer y Di-os. Quiere decir que el niño no solo viene con una carga genética de los padres, sino que también tiene una carga espiritual.
Por qué privarlo de una parte de sus componentes que puede darle tanta profundidad a su vida, tanto significado a uno mismo y a lo que lo rodea.
El saber que tenemos una parte de divinidad dentro de nosotros nos ayuda a entender que todos somos iguales, importantes y todos tenemos una misión única que cumplir.
COMO ES DI-OS:

Más que tratar de saber cómo es, si se puede describir físicamente, si es hombre o mujer, debemos basar nuestra búsqueda o enseñanza en lo que El representa, en sus atributos: santidad, amor, ayuda, protección, misericordia, fe….

Saber que no siempre comprendemos lo que hace, porque "sus pensamientos no son nuestros pensamientos".
FE:

El Judaísmo enseña a cada uno a verse en una forma especial.
La gente de fe no solo ve a la persona tal cual es, sino que además las ve con el potencial que tienen de ser. La fe nos enseña a vernos interiormente y a buscar nuestras posibilidades y potencialidades. La posibilidad de cambio, de rectificación, de conexión, forma parte de los principios del judaísmo. Todos tenemos un potencial, los niños son todos potenciales y posibilidades.
Siguiendo leyes y tradiciones y mitzvot (preceptos):

Si quieres cambiar como te sientes, cambia lo que haces, lo que piensas.
Si realmente queremos llevar algo de espiritualidad a nuestras vidas, podemos ayudarnos a través de las mitzvot (preceptos) que nos conecta con nuestra esencia, que no es otra la de Hashem.

El prender las velas, el preparar una mesa de Shabat, o un Seder de Pesaj, el ponerse los Tefilin, el besar una Mezuza, comer en la suca, etc. son actos que hacemos, que nos conectan con otros y con Di-os.

Los niños que crecen viendo a sus padres haciendo mitzvot (preceptos), harán de esos momentos, y acciones parte de sus propias vidas .Las cuales nos llevan a entender, a sentir, a cambiar nuestro interior y nuestro entorno.
Hay que tener el cuidado de no convertir estos "momentos de santidad y conexión" en una exhibición, la idea es la unión familiar, la inclusión de aquellos que están solos ,el sentir interior de cada uno llevado a su expresión física, es enlace de abajo hacia arriba, es un momento especial, que trasciende lo físico, que produce “luz”, que hace que completemos la misma creación, haciendo de este mundo físico una morada tanta física como espiritual, donde unimos cielo y tierra, hombre y Di-os.

Igualmente "hacer y el ser" nos abre una puerta a la comunicación con Di-os, nos da a entender la santidad de nuestra vida, el entender nuestro pasado, el presente y hacia donde apunta, la importancia de la santidad del tiempo, el porque estamos aquí. Las festividades son un lenguaje de símbolos, gestos, preceptos y de vínculo, que muchas veces expresa más que las palabras, son momentos con potenciales de una energía y comunicación especial y diferente en cada Yom tov , Shabat , festividad que celebramos y en cada día.

Cuentan de un niño que le pregunto a su padre: ¿Donde vive Di-os? , el padre le respondió en ese lago, el niño se agacho e inclino y no vio nada hasta que se dio cuenta que su imagen se reflejaba y le dijo, pero ese soy yo solamente. A lo que el padre le contesto: “es que Di-os esta dentro de ti y de todo aquel que lo deja entrar.”

Quiera Di-os acompañarnos por este camino de la vida apoyando e iluminando a cada uno de nosotros. Amen.
Nelly Kaufman de klein

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