El juego de Ajedrez

Limpiando los estantes de una cómoda, saqué una caja de madera, la que guarda las piezas de un ajedrez. La caja al abrirse, queda formando el tablero; saque las piezas y las empecé a colocar, como si en ese momento me dispusiera a jugar una partida de ajedrez, como aquellas partidas que jugaba con mi padre cuando yo era un adolescente. Tenía por aquel tiempo, doce años de edad, y me gustaba ver a mi Padre jugar ajedrez con sus amigos o con mis hermanos mayores. Él, al ver mi interés por el juego, me empezó a enseñar como jugarlo, como mover las piezas, las estrategias de la defensa y del ataque. Y así empecé a jugar. Él, para nivelar la partida, me daba como ventaja la reina o las dos torres, y aún así me ganaba fácilmente. Cuando yo cometía algún error, el no me permitía cambiar la jugada, sino que me decía: -Tienes todo el tiempo para pensar antes de mover la pieza, esta regla es también para la vida; Hay que pensar muy bien las cosas antes de actuar. Recuerdo que jugamos muchas...