SER NIÑO

"Para los niños:
Lo que oí, lo olvidé
Lo que vi, lo recuerdo
Lo que hice, yo lo entiendo
Lo que sentí, lo llevo por dentro"


Con la llegada de sus trece años-su Bar Mitzva- y la culminación de la primaria e inicio de su segundaria ,vi como uno de mis hijos terminaba una etapa de su vida: la niñez, una etapa que probablemente ahora que es adulto recuerde poco, sin embargo una etapa importantísima, primordial y básica en la vida de cualquier persona.
Siempre a lo largo del preescolar de los niños me vi motivada a comprar libros sobre estimulación, aprendizaje, los inscribí en varias actividades extracurriculares y siempre en las entrevistas con los maestros le preguntaba en qué forma podía ayudarlo en la casa, hasta que un día se lo pregunté a una mora – profesora- y me dijo :¿tú quieres ayudar a tu hijo?, pensando que me recomendaría algún libro o curso saque papel y lápiz, ella prosiguió lo mejor que tu puedes hacer por un hijo en edad preescolar es dejarlo jugar, es la única etapa de su vida que toda su "obligación y responsabilidad" es jugar, déjalo jugar cuanto quiera, ¿sabes? - prosiguió, tienen toda una vida para trabajar, asumir responsabilidades, para ser adulto; en esta edad se les enseña, pero a través del juego. Siempre recuerdo esas palabras, y hoy en día cuando recuerdo las entrevistas con sus profesores de bachilleratoen las que me comentaban que para su edad era muy juguetón con una mezcla de nostalgia y evocación me rio y pienso que ojalá siempre siga teniendo algo de juguetón, pues así siempre tendrá algo de niño en él.
Muchas veces nuestros hijos se acercan en son de juego y los espantamos diciéndoles que no pierdan el tiempo en esas tonterías. Tal parece que cuando llegamos a adulto, nos olvidamos que una vez TODOS fuimos niños.
Hay un hermoso libro escrito por Janusz Korczak llamado:"Si yo Volviera a ser niño", en él, un hombre asediado por problemas de "adultos" ruega por ser otra vez niño, y de pronto al despertar al día siguiente se encuentra con que su deseo se volvió realidad, y así comienza su nueva vida como niño a lo largo que transcurren las páginas este adulto con cuerpo de "niño" y mente de hombre se da cuenta lo difícil que es ser niño y al final pide por ser nuevamente un adulto.
Así que aun siendo niños en nuestras propias vidas, cuando nos toca criar son muchos los errores que cometemos. Para ser padres no tuvimos la experiencia, para ser adultos tampoco, pero todos fuimos niños alguna vez.
Es interesante que en ningún sitio de la Torá encontráramos requerimientos para la perfección, tampoco en los libros de psicología; no lo somos nosotros que somos adultos y tenemos más experiencia, ¿por qué exigirles a ello entonces que lo sean?
Freud decía: "Si usted no permite que su hijo crezca como judío lo privará de esas fuentes de energía que no pueden ser remplazadas por otra cosa".
Es muy importante hacer notar que un niño judío, más que cualquier otro, recibe su identidad en la casa de sus padres, el sitio principal donde se fijan las directrices de la educación, y que la educación recibida en la escuela es complementaria. La relación entre padres e hijos es uno de los principios fundamentales del judaísmo, lo cual queda evidenciado en uno de los Diez Mandamientos:"Respeta a tu padre y a tu madre", como se sabe en los Diez mandamientos están contenidas las 613 mitzvot.
Son muchas las citas que a través de las escrituras reflejan la importancia de la educación de nuestros hijos:
"Y le enseñarás a tu hijo" (Exodo 13:8 ); "Y le explicarás a tus hijos" (Deut. 6:7) ; "Escucha hijo, la instrucción de tu padre" (Proverbios 1:8) ; "Y no abandones las enseñanzas de tu madre" (Proverbios 1:8).
También Rabí Shneur Zalman de Liadí, autor del Libro Tania, solía decir con frecuencia que aún de un niño pequeño se puede aprender, y una de estas lecciones es que el niño nunca está ocioso, siempre ocupado con algo. Y si hay algo que él pretende toca las fibras más intimas de su corazón, hasta provocar el llanto y no descansar hasta haber logrado lo que se propuso.
Educar al niño dentro de un ambiente de mitzvot- preceptos-, lo acostumbra a saber que no todo está permitido, que debe aprender a compartir, a ayudar al necesitado.
Lo principal del éxito en la educación del niño es alcanzar la máxima expresión del potencial de cada niño, "Educar al niño según su camino" (Proverbios 22:6) y su edad, aprovechar las cualidades propias de cada uno.
Los padres debemos saber que el niño se educa en relación con el ambiente y el ejemplo que se respira en el hogar. Sus valores serán los que se les enseñe. Si se conversa de bienes materiales, será uno de sus temas; si se habla de valores morales, serán parte de él.
Es mucho lo que nos queda por aprender como padres, cada hijo es un aprendizaje y un reto diferente, de lo que he aprendido hasta hoy está: el fijarles límites, el corregirlos menos, resaltarles lo positivo, jugar con ellos, ponerme en su posición más, exigirles menos, estimularlos más, pelear menos, acariciarlos más. Enseñarles que todo en la vida tiene un valor, pero no solo numérico, que las cosas valen más por lo que nos representan que por lo que cuestan, que a veces no es necesario un discurso, basta con que sepan que estamos ahí, que hay un lenguaje hablado pero no es el único, que hay el lenguaje no hablado que puede ser una mirada, un gesto, una caricia y que dice mucho, a veces más que una larga exposición, enseñarles a tener coordinación entre la que piensan, dicen y hacen. En judaísmo estas tres acciones son consideradas las vestimentas del alma, pues así serán niños coherentes y adultos felices.
Enseñarles a ser seres objetivos y realistas, pero también a tener fe y ser espirituales y soñadores, a que su identidad como "persona" no solo se limita a saber su nombre y apellidos, sino saber quiénes son, de donde vienen, y que se espera que sean como personas, que más importante que nuestras palabras es nuestra actitud, los podemos ayudar a sentirse bien si aceptamos sus sentimientos, que sus problemas son para ellos los que los nuestros pueden ser para nosotros, exigirles respeto respetándolos.
Debe de haber un balance entre amor, disciplina y mutua consideración y entendimiento.
Entre los importantes "legados" para dejarles a nuestros hijos está el amor y el tiempo que compartimos con ellos, es la mejor de las herencias que pueden recibir y que nunca habrá el peligro que las pierdan, pues son partes de ellos, están dentro de ellos y de igual formar la "sembrarán" en sus hijos, pues así lo aprendieron.
El dejarlos disfrutar de unos años, de una etapa corta, pero tan linda e importante, el enseñarles los valores morales y respeto por los demás, en especial de esos abuelos que tanto saben y los complacen, de ese maestro que los educa.
Es indudable que entre los retos más difíciles esta el educar a nuestros hijos, y sobre todos el aprender a dejarlos ser niños.
Nelly kaufman de klein

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