IRAT SHAMAIN o TEMOR A D-OS

Nos relacionamos con Hashem mediante el amor y el temor hacia El. Con el amor al tenerlo presente en nuestros pensamientos, al hablar. Expresarnos y al actuar. Con el temor logramos que cada vez que pensemos, hablemos o actuemos tengamos presente que D-os comparte con nosotros.
Irat Shamaim, es tener conciencia y entendimiento para detener a la persona a pensar antes de actuar, sabiendo que Hashen lo está acompañando, viendo cada acción y de esta forma, el individuo, no actué instintivamente. Es el medio para frenar la fuerza del deseo de una persona, la persona muy sabia, no necesariamente sabe hacerle frente al instinto. Las palabras de Rabí Moshé Iserlich, en el Shuljan Aruj dice: “sentir que Hashem está siempre frente a mí”, es uno de los pilares de la Tora.De esta forma ser capaces de ir construyendo un camino donde el respeto a los demás y a la creación de D-os , incluyendo a uno mismo, nos haga cada día mejores individuos.
Rabi Iojanan ben Zakai dijo a sus alumnos, cuando se reunieron a su alrededor para pedirle una bendición antes de su muerte (tratado de Berajot 28b) lo siguiente: “Que sea la voluntad de Hashem, que tengan tanta Irat Shamaim como el temor que sienten hacia otra persona.”
Inmediatamente los alumnos le preguntan: ¡Rabi!, ¿nada más? A lo que Rabi Iojanan respondió:”¡Ojalá!, sepan que cuando una persona comete una falta siempre dice: “ojala que no me vea ninguna persona”. Por eso, deseo que sientan el mismo temor pensando que Hashem está delante y sepan que cuando uno va a cometer una falta o un pecado teme que lo vea la gente y no teme que lo vea D"s.
Hay un cuento del Jafetz Jaim que viajaba en un carruaje. El conductor ve una montaña de paja al costado del camino, y, viendo que no hay nadie en los alrededores, detiene el carro para llevarla y darle de comer después a sus caballos. Cuando se agacha a recoger la paja, el Jafetz Jaim grita: “¡Te están viendo!” Y el hombre asustado vuelve corriendo al lado del carro. Se tranquiliza y se percata de que no hay nadie cerca, y vuelve a recoger la paja. Otra vez, el Jafetz Jaim grita: “¡te están observando!” Y nuevamente el hombre regresa a su coche sin tiempo de agarrar la paja.
En el camino, el cochero le pregunta al Jafetz Jaim, cómo sabía que lo estaban viendo, porque él no llego a ver a nadie. El Jafetz Jaim le explico que su intención era advertirle que del Cielo lo estaban viendo.
Próximamente cuando recemos el AVINU MALKEINU es importante hacer notar que primero se dice Avinu “nuestro padre” y luego Malkeinu “Rey nuestro”, de esta forma nos acercamos a D-os primero por amor y luego hacemos la referencia de respeto considerándolo Rey.
Cuando realizamos una braja:”Baruj Ata A-donay Melej Aholam”,”Bendito tu D-os Rey del universo” igualmente primero hacemos referencia a Hashem con el atributo de jesed (bondad, amor) que viene representada con A-donay (uno de los nombres D-os) y luego el atributo de gevura (fortaleza, disciplina, restringir) en la palabra Melej “Rey”.
Estas dos oraciones de nuestros rezos denotan que la aproximación de D-os - Individuo, debe ser por amor y luego ese amor hace nacer el respeto y admiración. Igualmente debería suceder en nuestra relación de padre e hijos, que nuestros hijos nos amaran y respetaran, cuando esto sucede así, al estar nuestros hijo solo o con amigos y lo incitan a hacer algo malo o no correcto o se le ocurre algo indebido, generalmente se acuerda de la mamá o el papá diciéndole “no” o le viene la imagen de uno de ellos compartiendo en la casa con él. Cuando uno ama y respeta a sus padres, no llega a transgredir o si lo llegara a hacer por presión de grupo u otra razón, se siente mal y tiene la confianza de comentarlos con los padre, porque aunque sabe que puede haber consecuencia, como un castigo, sabe que se equivoco y necesita contarlo; los padre hablan con él y seguramente aprenderá una buena lección de ello. Aprenden así de sus errores, porque si no se pasa la vida cometiéndolos una y otra vez. Lograra ir consolidando sus conocimientos y aprendiendo a pensar mejor no solo en lo que quiere hacer, sino también a medir las consecuencias y responsabilidad de lo que uno haga en la vida. Cuando se tiene padres a los que se les tiene mucho miedo, el niño puede también realizar actos indebidos, y aunque él se dé cuenta que fue algo malo, no se atreve a comentarlo con sus padres y posiblemente sin medir las consecuencias pueda seguir cometiéndolas, pudiendo haber graves consecuencias en un momento dado. El miedo hacia ellos hace que prefiera ocultarlo mientras pueda, total sabe que igual lo van a castigar, así que sigue haciéndolo, hasta que lo descubran. Indudablemente es importante poner límites a los niños, eso les da seguridad, implementándolos de forma que se potencien y hagan de nuestros niños lo mejor de ellos, pero los limites también deben estar acompañados con amor, que el niño se siente querido y amado.
En nuestras escrituras tenemos que:”El puro amor, no el temor al castigo ni el aliciente de la recompensa, constituye el nivel más alto en la relación del hombre con D-os.”
Maimonides dice que este nivel tan alto se puede conseguir estudiando todo lo que D.os ha creado, y uno realmente se maravilla de la grandeza de la creación y pensando que el mundo fue creado para el ser humano y que uno es responsable de mucho de lo que sucede por su libre albedrío debe actuar sembrando lo mejor de cada uno y hacer así, en este mundo una verdadera morada digna de Hashem.
Quiera D-s que eduque a sus hijos por el camino de la Tora, con disciplina, con consejos, apoyo, instrucciones, aprendizajes, educación, compartiendo y sobre todo con mucho amor.

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