Mi Canción Favorita


B.H.



Querida amiga les contare que una mañana compartía un desayuno con una compañera que vino a mi casa , nos sentamos y mientras degustábamos un café, fui escuchando el cantar de pajaritos que bailaban volando de árbol a árbol, otros pasaban de flor a flor, de repente se escuchó un toc toc que ya me era familiar: un pájaro carpintero trabajando, me asome a la ventana y de la nada apareció corriendo una ardilla apresurada, cuidadosa buscando seguramente que comer, igualmente era relajante el sonido de un rió que no se veía, sin embargo por el sonido podía dibujarlo en la mente. Era como una melodía de relajación oír aquella orquesta llamada “naturaleza”
De repente, mi amiga me gritó:”!Hey!!!” “!te estoy hablando!” me decía , ¿tu también te das cuenta del ruido del vecino? ¡Que fastidio! De pronto regrese de mi viaje por la naturaleza para tratar de detectar los sonidos que ella escuchaba, a lo que ella se refería era a la televisión de la vecina que si es verdad estaba sonando fuerte, pero por alguna razón no había detectado, ya que mi mente estaba en un concierto de música.
Era increíble como dos personas compartiendo la misma terraza estábamos sintonizadas en dos cosas tan diferentes, tan presentes, tan reales, tan distantes.

Una lleva un ritmo por dentro que se puede ver modificado con encuentros durante el día, sientes energías, alegría, tranquilidad y de repente te tropiezas con alguien , ves un programa de TV o recibes una llamada, o por alguna razón pelean contigo, en ese momento dejamos de oír y sentir ese ritmo interno que veníamos entonando hasta el momento. Cuando no estamos alerta y esto sucede continuamente dejamos de sentir esa melodía y nos entonamos con la de los demás, que puede ser bueno o malo según el caso, pero que definitivamente no es nuestra melodía, el problema no es perder la melodía momentáneamente, sino cuando con el tiempo nos adaptamos Y acostumbramos a las interferencias producidas por los demás y “olvidamos” percibir nuestra melodía y nos entonamos con el “ritmo” de los otros.

Cada vez que nos concentramos en nuestro trabajo específico de cada día, vamos dando en la “nota” correcta para crear una sinfonía, nuestra partitura. En el día a día deberíamos lograr ir escribiendo y produciendo la melodía de la vida.
La Torá resalta las acciones que surgen del corazón, porque la verdadera espiritualidad es similar a la música, es como cada día vamos poniendo la nota necesaria para hacer y lograr ser lo que debemos y queremos lograr en el transcurso de nuestras vidas.
Cuando escuchamos un instrumento sonar es hermoso y cuando se escucha una orquesta, con todos los instrumentos, inclusive los de percusión es magistral como logra sonar, dirigidos por un director que sencillamente baila a su ritmo y señala el instrumento que debe entrar en su exacto momento. Así ocurre cuando nuestra melodía se entona con el prójimo y cuando así permitimos que sea el mismo Di-os el director de la orquesta. La música es universal, las notas también, cada país tiene su música típica. Así sucede con cada pueblo, Am Israel tiene su música propia y su director de orquesta, a través de los preceptos (las mitzvot) escribimos las notas y Hashem su Director .Siendo con esas herramientas que vamos escribiendo la música de nuestras vidas.

Rabi Pingas dijo:"cuando un hombre esta cantando y no puede elevar la voz y otro llega y canta con el- el otro que puede elevar la voz-, entonces el primero podrá también elevar la voz al igual que el otro. Este es el secreto del vínculo entre espíritu y espíritu: por ello la importancia de “ama a tu prójimo como a ti mismo”, pues lo ayudas y unidos se potencian y a la vez te estas ayudando a ti mismo.

El hombre comienza a percibir lo interior y a superar la vida basada tan sólo en estímulos externos, que a veces nos quita el verdadero rumbo. Cuando realmente estas conciente de que lo que haces o dejas de hacer en este mundo físico tiene efectos en otras dimensiones también vas aprendiendo a no “engancharte” tanto en hechos sin real trascendencia.
El hacer cada día pleno de actividades y deberes, pero con la conciencia que uno debe trascender el plano físico a través de las metas y objetivos que vas realizando, entonando tu propia melodía, pero sabiendo que hay partes de esa partitura que se potencia cuando se unen con otras, logrando así escribir la verdadera melodía de tu vida y conseguir así vivir realmente inspirados.
Queridas amigas quiera Di-os dirigirnos y guiarnos por este concierto de la vida y nos apoye para sacar de nosotras la mejor melodía. Shabat Shalom , un abrazo y D.M . Nos encontraremos de nuevo.

Nelly kaufman de klein
Bibliografía :http://www.halel.org/contenido.asp?idcontenido=348

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