Pirkei Avot, mishna 3

Leyendo en el Pirkei Avot en la Mishna 3 capitulo 4 encontramos que está escrito:
"Él (Ben Azai) decía: No desprecies a ningún hombre, y no seas indiferente a nada. Porque no hay hombre que no tenga su hora, y no hay cosa que no tenga su lugar".
Se nos advierte que no se debe despreciar a ninguna persona, ni por que pensemos que es una sin preparación, o menos sabia o ignorante, porqué puede pasar que en algún momento de nuestras vidas necesitemos de ella y sea esa la persona que se nos acerque y nos brinde apoyo.
La vida es muy curiosa y nos presenta continuamente eventos y encuentros que nos traen un mensaje o aprendizaje o una oportunidad de hacer una mitzva (un precepto), y en ocasiones las ignoramos o nos molestamos y sucede que con el pasar de los años la vida nos vuelve a traer a esa persona en circunstancias muy distintas y en ese momento puede que ese individuo está en posición de despreciarnos o darnos la lección de ser amables y ayudarnos o juzgarnos y devolvernos lo mismo que le dimos(desprecio o ignorarnos simplemente).
Se nos enseña que solo es digno de ser honrado el que honra a su prójimo.
Nos cuenta en el Talmud acerca de uno de los maestros de la Mishna llamado Bar Kapará , el cual se paseaba por una playa, cuando vio a un hombre que era arrojado por las olas hacia la orilla, hasta que logro llegar a la costa, tras un naufragio de un barco en el que viajaba, logro llegar hasta la costa. Bar Kapará lo ayudo, reanimo y lo llevo a su casa y le brindo ayuda hasta que se recupero, además antes de irse ya en mejores condiciones, le entrego dinero para que pudiera viajar de vuelta a su casa.
Al pasar los años, el gobierno romano había decretado medidas muy fuerte de represión contra la población judía, los habitantes de esa ciudad delegaron a Bar Kapará, para que fuera a Roma para gestionar la posibilidad de atenuar las medidas y le fue entregado para ello una suma de dinero. Cuando se presento frente al cónsul de Roma se sorprendió cuando este le dijo:” ¿no se acuerda de mi?, soy el naufrago que salvaste hace muchos años. Al conversar ambos, el Cónsul agradecido, disminuyo las medidas y le dijo que además serian abolidas, devolviéndole el dinero que había traído y la tranquilidad al pueblo judío.
Una vez le preguntaron a Hilel que le dijera a una persona parada en un solo pie todo la Tora, a lo que él respondió:”No hagas a tu prójimo lo que no te gustes que te hagan a ti”. De esta forma colocándonos en posición del prójimo seremos capaces de actuar de forma más objetiva y entendiendo al otro. Nuestros derechos terminan donde comienzan los del otro,
Di-os quiera que seamos capaces de construir un camino donde no hayamos maltratado a nadie y estar orgullosos de nuestros logros, un camino que al ver hacia atrás estemos tranquilos, contentos y en paz de nuestros logros, porque de ello se trata la vida, actuar teniendo la conciencia de responsabilidad y conexión con nuestra esencia y hacer de este mundo una morada para Di-os.

Nelly Kaufman de klein

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es un artículo precioso. Muchas gracias por compartir la sabiduría del pueblo judío con todos, incluídos los noajitas :)

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