Las teclas del piano





En estos días estuve viendo y escuchando un hermoso video de un concierto, el pianista era extraordinario, parecía que apenas tocaba las teclas, las rosaba prácticamente y salía una música indescriptible, parecía que el hombre y el piano eran uno solo, de lo compenetrado que estaba ese músico con su instrumento y al escucharlo y verlo tan inspirado le vibraba el alma a cada uno de los que lograra ver aquel espectáculo. El hombre era sobreviviente del holocausto y a través de la composición parecía que narraba su vida, partes alegres rítmicas y otras tristes, como sí arrancara un llanto del instrumento, era como el balance de toda una vida, remembrando los momentos bellos y los no tan buenos.
Así como en las teclas de un piano vemos que tienen unas negras y otras teclas blancas y con la combinación de ellas se pueden sacar hermosas melodías o quien no lo sabe tocar logra apenas arrancar chillidos desafinados, asimismo nos pasa con la vida, tenemos días y noches; tenemos días oscuros y días claros; días blancos, hermosos u oscuros que parecen negro. Si uno es capaz de disfrutar de esos días claros y aprender de aquellos que no lo son, podemos llevar una vida armoniosa, llevar una existencia donde la melodía de la vida, el aprendizaje, el disfrute, la fe y el amor harán que se produzca la melodía más hermosa que podamos producir.
Cada una escriba la partitura de su vida, puede aferrarse a las teclas oscura porque cree que la vida ha sido injusta o puede aprender, pararse y seguir, produciendo cambios, mejorando, disfrutando de las pequeñas cosas, satisfacciones y alegrías que la vida le trae y usando todos sus recursos, “el teclado completo” y escribir la más hermosa melodía que no es otra que de la vida misma.
Cada una compone la melodía de su vida y según este su inspiración, ganas de lograr y el esfuerzo que ponga, la fe que tengas, y el aprendizaje con lo que le sucede , con toda esa combinación de elementos logrará sacar la mejor composición de esa combinación de teclas blancas y negras, de esos días y noches, de los días soleados y nublados, de las alegrías y tristezas, de las vivencias y recuerdos, de eso que es antagónico lograr producir una obra maestra, que no es otra cosa que una vida digna y con sentido, una vida conectada a su esencia misma.
Quiera Di-os acompañarnos, guiarnos y bendecirnos con la melodía de nuestras vidas y que nuestras vidas logren ser una hermosa y alegre canción.
Nelly kaufman de Klein

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