Todo lo que Hashem hace es para bien






   Una vez, salió Rabí Akiva al camino y llevo con él a un burro, una gallina y a una candela.
   ¿Para qué llevó al burro? Para poder viajar sobre él cuando se canse, y también para poder colocar sobre él a sus paquetes.
   ¿Para qué se llevó a la gallina? Para que lo despierte a la madrugada y pueda aprovechar eficazmente su día.
   ¿Para qué se llevó a la candela? Para que pueda encenderla en la noche y pueda estudiar Torá a su luz.
   Se levantó Rabí Akiva, rezó y salió al camino. Recorrió Rabí Akiva un largo trecho, y al hacerse la noche llegó a una ciudad donde buscó hospedaje para poder pasar allí la noche. Sin embargo, en dicha ciudad no habían hospedajes ...
   Pidió Rabí Akiva a las personas de la ciudad que le brinden un lugar en sus casas donde poder dormir, mas ellas le dijeron que allí no había lugar para él y que se retirase.
  Quedose Rabí Akiva parado solitario en medio del frío de la noche, sin que persona alguna le ofreciera su casa para cobijarse en ella. A pesar de su incomoda situación, inmediatamente dijo Rabi Akiva: todo lo que Hashem hace, lo hace para bien. No quiso Rabí Akiva permanecer en aquella ciudad donde sus habitantes eran personas tan malvadas e inhospitalarias, y decidió retirarse al bosque donde busco un lugar debajo de un árbol para pasar allí la noche. Encendió allí su candela y le dio de comer a su gallina y a su burro.
   Se sentó a la luz de la candela y se dispuso a estudiar Torá, habiéndose olvidado por completo que se hallaba sólo en medio del bosque.
   De pronto, escuchó Rabí Akiva un terrible rugido y vio como un enorme león se abalanzo  ferozmente sobre su burro, devorándole.
   Sorprendido y atemorizado por aquel trágico suceso, de pronto se percató que apareció un gato en medio del bosque el cual atacó diestramente a su gallina devorándola. Antes de poder levantarse para ir en auxilio de su gallina, sopló un fuerte viento que apagó completamente su candela.
   Increíblemente, en unos breves instantes, se quedó Rabi Akiva sin su burro, sin su gallina y sin su candela.
   A pesar de todo ello, igualmente dijo Rabí Akiva: todo lo que Hashem hace lo hace para bien.
   De pronto, escucho un gran ruido de gritos y alaridos provenientes de la ciudad, que hace tan solo unas horas había tenido que abandonar.
   ¿Qué había sucedido en la ciudad aquella noche?
    A la mañana siguiente,  se enteró Rabí Akiva que sus enemigos la invadieron sorpresivamente a la misma tomando como prisioneros a todos sus habitantes.
   ¿De que más se enteró Rabí Akiva además?
   Que de camino a la ciudad habían pasado aquellas personas por el bosque al cual él se había dirigido para pasar la noche.
   Dijo Rabí Akiva: ahora entiendo perfectamente todo lo que me sucedió y comprendo perfectamente que todo lo que Hashem hizo lo hizo para bien. Si el león no se hubiera comido al burro y el gato no hubiera cazado a la gallina, estos hubieran emitido sus sonidos tradicionales al percibir a personas acercándose, y sin lugar a dudas me hubieran descubierto.  Respecto a la candela, si ésta no se hubiera apagado con el viento, hubiera iluminado la oscuridad en medio de la noche y ellos me hubieran tomado también a mi como  prisionero.
   Le agradeció Rabí Akiva a Hashem por haberle salvado tan milagrosamente su vida, y continuó con optimismo su camino recordando siempre que: todo lo que Hashem hace lo hace para bien.

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