SUJETADO A LA SANTIDAD






En estos días mi hijo me mandó una foto, era de mi nieta se había quedado dormida mientras el trabajaba en la computadora y cuando él se levantó de la silla sentía que algo le jalaba el tzitzit hasta que se dio cuenta que la niña se había dormido sujetando el tzitzit.
He estado observando la foto y da tanto que pensar, y es que la educación es así, para que los niños “se sujetan a ella” tienen que palparla y vivirla.

Podemos enseñarles Tora , muchas reglas y mitzvot de moral a nuestros hijos pero si no lo ponemos en práctica, sino somos su modelo a seguir ,sino logramos sentir que son de él , pensarán que él no tiene que seguir ese camino por qué no se vincula a él, no lo siente suyo, no lo vivencia, no es parte de su vida.

La educación, las tradiciones, la familia, La Tora no son fragmentos de lo que es una educación judía integral. La educación académica por sí sola puede hacer de nuestros hijos unos adultos exitosos en una carrera profesional, pueden llegar a ser PHD o un summa cum laude, pero no tener la formación de valores morales para actuar según la Tora, no nos crea una “ligadura” a la halaja o al camino trazado por Hashem. La familia es la base fundamental de una sociedad pero no nos garantiza tener una familia en armonía  si no es ejemplificada en el hogar la correcta manera de comportarnos.

Es la Tora quien aglutina una familia y sociedad, en los caminos de una educación exitosa en valores y preceptos y la hace coherente, es así que pueden llegar a ser adultos exitosos, útiles a la sociedad y con valores que ayudan a la formación de familias sólidas, sociedades en harmonía y ciudadanos respetuosos de sus prójimos y por supuesto ligados a su esencia misma que no es otra que la de Hashem.

La educación real es aquella que queda con nosotros y que vamos acumulando desde nuestro nacimiento, se nos puede olvidar resolver ecuaciones, armar un circuito, una novela que leímos o algo que estudiamos, lo que siempre conservaremos es una formación moral basada objetivamente en pilares sólidos de valores trascendentes y reales como son los que encontramos en la Tora.

Educación es la vida misma, por ello nunca acaba.
Has que la educación de tus hijos quede “prendada” a los verdaderos valores que no cambian con la moda o los años, los valores que son eternos que harán que cualquier sea el camino que escojan serán exitosos porque tienen una base solida de moral y valores fundamentados en nuestra Tora.

Quiera Di-os que este año que entra sea uno pleno de bendiciones, alegrías, salud, parnasa, paz, harmonía para todos, Shana Tova umetuka para todos y que seamos inscrito en el libro de la vida.

Nelly Klein

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