CUENTO DE LAS FLORES



Llegó la primavera. Todos los habitantes del bosque despertaron de su sueño invernal. El
sol brillaba en lo alto del cielo saludando a todos con sus rayos.
‐Despertad amigos, la primavera ha llegado‐ cantaba el sol.
Los animales abandonaban sus madrigueras para salir a pasear. Los ciervos, conejos,
lobos y ardillas correteaban por el bosque buscando algo para comer. Los gusanos se
habían convertido en bonitas mariposas, las mariquitas volaban y las hormigas paseaban.
Todos dejaban sus casas para saludar al sol.
Los árboles y las plantas lucían sus hojas nuevas. Las flores abrían sus capullos para
enseñar sus bonitos colores. Pero, un momento ¿qué pasa?, se están peleando, vamos a
ver qué ocurre.
‐Mirad, yo sí que soy hermosa, fresca y olorosa. Mi rojo es brillante y mi corazón negro
como el carbón‐ dijo la amapola.
‐Yo sí que soy hermosa, fresca y olorosa, mis pétalos son blanquitos y mi corazón
amarillo‐ dijo la margarita.
‐De eso nada la más fresca, hermosa y olorosa soy yo‐ dijo la rosa; mis pétalos son rosas y
mi corazón también.
‐¡Basta!‐ gritó el sol‐ no os peléis más, todas sois igual de hermosas, frescas y olorosas.
‐No señor sol, estás equivocado porque yo si que soy hermosa, fresca y olorosa, mis
pétalos son morados y mi corazón blanquito‐ dijo la violeta.
‐No me gusta que os peléis‐ repitió el sol.
Pero no le hacían caso, se estaban enfadando mucho y él no entendía por qué. Todas
eran hermosas, frescas y olorosas aunque de diferentes colores y formas. Algo tenía que
hacer. Pensó y pensó y al fin se le ocurrió. Llamó a su amiga la luna:
‐Luna, lunera, cascabelera‐ gritó el sol.
Y la luna llegó y delante del sol se le colocó.
‐¿Qué pasa?‐ dijo la rosa.
‐No veo nada, gritó el clavel.
‐Mirad alrededor, amigas, ¿qué es lo que veis?‐ dijo el sol.
No se veían nada, en la oscuridad no se distinguían los colores y parecían todas iguales.
‐¡Qué tontas hemos sido! Dijeron todas las flores a la vez. No nos volveremos a pelear,
porque aunque tenemos colores diferentes todas somos hermosas, frescas y olorosas.
Autor: Mª José Cordero Ojeda

Reflexion:

Hay tantas veces que los seres humanos nos peleamos por que creemos que somos mejores que otros.
Cada uno de nosotros tiene sus retos y sus fortalezas, el trabajo a realizar no es el de competir, sino de afinar nuestras destrezas y disminuir nuestros debilidades.La vida no se trata de una competicia de demostrar quien es el mejor, la vida se trata de sacar lo mejor de nosotros. nk

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